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Ansiedad del peso ¿Por qué nos cuesta tanto responder cuando nos preguntan por este número?

  • Foto del escritor: El Rincón De Venus
    El Rincón De Venus
  • 19 nov 2022
  • 2 Min. de lectura

por Gabriela Gutiérrez T.


En nuestra vida diaria se ha vuelto un tema ‘taboo’ cuando nos preguntan por nuestro peso. En contexto medico cuando aquel que nos atiende nos pregunta por nuestro peso; nos sudan las manos, el corazón se nos acelera, y nos entra esa preocupación desmedida por responder. Pero ¿Por qué este número nos causa tanta ansiedad? Como alguien que se ha visto envuelta en esta situación, me he preguntado lo mismo y creo tener una respuesta.

La mayor parte de mi vida he sido una persona grande, no gorda, pero no flaca. Sin embargo, los comentarios “gordofóbicos” sobre mi peso desarrollaron un tipo de ansiedad al hablar de este, puesto que cada que me pregunta, por la razón que sea, cual es mi peso, me da física ansiedad responder o al menos no mentir en el intento. Pero ¿por qué mentimos o sentimos ansiedad al responder? En múltiples ocasiones la persona que te responda esta pregunta puede decirte que es porque no te sientes cómodo respondiendo algo tan personal, y que probablemente sea por que sientes que te estas poniendo en evidencia.


En mi caso, siento que es porque me han enseñado a tenerle miedo y sentir vergüenza al subir de peso, por que aceptar que soy más grande o más ‘gorda’ que los demás es un tema delicado para mí. Esto puede llegar a ser cierto, pero no debería ser así, no deberíamos sentirnos atemorizados o mucho menos avergonzados por nuestro peso, por el simple hecho de que este número en una balanza no nos define como seres humanos o como personas.


Ahora bien, si este es un tema que no debería afectar en cómo nos ven los demás ni es nuestra forma de ser, ¿Por qué sentimos la necesidad de contestar y que esta respuesta, la mayoría de las veces sea una mentira? Es simple, porque tenemos el sentimiento ridículo de querer demostrarle a las demás personas que no somos tan ‘gordos’ como ellos pensaban, porque nos da pánico la reacción de la otra persona, y queremos reflejar comodidad con nuestro “supuesto” peso, cuando este es un invento. En lo personal, creo que es hora de dejar de lado aquel miedo de responder este tipo de preguntas, es hora de enfocarnos en lo que realmente importa: ¿Soy amable con quien se lo merece?, ¿Agradecí por tener un día más de vida?, ¿Por estar san@?, ¿Cómo me siento hoy? Entre otros cientos de preguntas que sí valen la pena contestar.





No digo que sea fácil adoptar esta mentalidad, generalmente toma mucho tiempo y práctica, pero no es imposible. De golpe es muy difícil cambiar la manera en la que nos sentimos frente a diferentes situaciones, pero nunca es tarde para un cambio, y si lo requieres y sentiste que te identificas con todo lo que te acabo de contar, inténtalo, y déjanos saber en comentarios que tal te pareció esta columna, ¿qué le cambiarias?, ¿de qué otra cosa te gustaría que te contemos?

 
 
 

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